martes, 16 de octubre de 2012

Eres el mejor.

Hola idiota, pero mi idiota. Ahora que estás cabreado porque me has echado de tú sitio, porque eres un tonto, pero como he dicho antes mi tonto, quiero decirte, que a pesar de esos defectos que tienes que para mi son virtudes, te amo con toda mi alma y que por nada ni nadie te voy a dejar ir 343 días a tu lado, de los cuales han sido muchos más, ya que llevo 4 años aguantando al que va a ser el hombre de mi vida, el que me va a esperar en un altar al que voy a amar el resto de mis días, incluso más allá y lo sabes. Te amé desde el primer segundo que nuestras miradas se cruzaron, ¿quién me iba a decir que esa mirada de niño iba a ser hoy la que me guía y la que me hace ser más grande? Por la que vivo, y por la que sería capaz de dejar de vivir, desde aquella mañana en aquel recreo, eres mi vida, mi enano y mi mundo gira entorno a ti. No me cansaré de decirte una y otra vez que eres el hombre de mi vida y que no quiero perderte por nada del mundo. Tenemos tantas metas, y tantos sueños que cumplir que no me pienso rendir en cumplirlos ¿pero sabes cuál es mi sueño más importante, el que me dejaré la vida en hacerlo? el sueño de que sonrías y de que nadie te joda esa sonrisa.
Conmigo, contigo, con nosotros. Tú y yo. NueveDeOctubreDelDosmilonce.



Te amo, 
te amo de una manera inexplicable, 
de una forma inconfesable, 
de un modo contradictorio. 

Te amo 
con mis estados de ánimo que son muchos, 
y cambian de humor continuamente. 
por lo que ya sabes, 
el tiempo, la vida, la muerte. 

Te amo... 
con el mundo que no entiendo, 
con la gente que no comprende, 
con la ambivalencia de mi alma, 
con la incoherencia de mis actos, 
con la fatalidad del destino, 
con la conspiración del deseo, 
con la ambigüedad de los hechos. 

Aún cuando te digo que no te amo, te amo, 
hasta cuando te engaño, no te engaño, 
en el fondo, llevo a cabo un plan, 
para amarte mejor. 

Te amo... 
sin reflexionar, inconscientemente, 
irresponsablemente, espontáneamente, 
involuntariamente, por instinto, 
por impulso, irracionalmente. 

En efecto no tengo argumentos lógicos, 
ni siquiera improvisados 
para fundamentar este amor que siento por ti, 
que surgió misteriosamente de la nada, 
que no ha resuelto mágicamente nada, 
y que milagrosamente, de a poco, con poco y nada 
ha mejorado lo peor de mí. 

Te amo, 
te amo con un cuerpo que no piensa, 
con un corazón que no razona, 
con una cabeza que no coordina. 

Te amo 
incomprensiblemente, 
sin preguntarme por qué te amo, 
sin importarme por qué te amo, 
sin cuestionarme por qué te amo. 


Te amo 
sencillamente porque te amo, 
yo mismo no sé por qué te amo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario